Diario desde los Esteros (2): esto (ya no) es cicloturismo
Si tenés problemas para navegar el sitio es porque lo estamos renovando. Pronto todo va a volver a la normalidad.
Iberá, 9 de julio. Arena a la vista.
Todos nos dicen lo mismo: el camino para salir de los Esteros es imposible después de una semana de lluvia. “Una camioneta 4×4 con cubiertas pantaneras tardó seis horas en hacer esos 140 km”. ¿No estarán exagerando un poquito?
Nuestro problema es recurrente: cuando nos dicen que un camino es complicado, más queremos hacerlo. Primero, por intriga. Segundo, porque sabemos que en bicicleta solo se necesita una ínfima huella para llegar a destino.
Compramos un mix de fideos, frutas y verduras para almuerzos, meriendas y cenas. Llenamos nuestras caramañolas y confiamos: vamos a poder. Cargamos las alforjas y salimos por la Ruta Provincial 40 hacia el cruce con la Ruta Nacional 14.
Objetivo “ideal” del día: hacer 50 km hasta puesto Pocho.
La arena del camino está igual de húmeda que las calles del pueblo que dejamos atrás. No tenemos mayores inconvenientes durante los primeros kilómetros: la senda es divertida como chiche nuevo. Si patina la cubierta, nos reímos. Si perdemos el equilibrio y por poco nos caemos, nos reímos el doble. No nos podemos quejar: ésta es la aventura que venimos a buscar.
(y ésta es una de nuestras tantas paradas técnicas para recargar energías: pan con miel)
Pasa una hora, miro el odómetro y freno mis pensamientos para sembrar una duda: ¿solo hicimos siete kilómetros?
Pedaleo más rápido para alcanzar a Andrés. “No puede ser, quizás se quedó sin pilas en algún momento y no me di cuenta”.
– “¿Cuánto marca tu velocímetro?”
– “Ocho kilómetros”
– “Oh por dios, ¿encima lo tengo un kilómetro atrasado?”
Sacamos cuentas y llegamos a la conclusión de que la meta del día es insostenible al paso que vamos.
Uno de los dos tira al aire una frase optimista: “quizás cambie el estado del camino y logramos llegar”.
…
Miramos el horizonte arenal cuando las gotas de lluvia empiezan a caer sobre nuestros pantalones.
Aceleramos.
Poco, pero aceleramos.
La huella de arena se vuelve un huellón cada vez más profundo y la vista más que distraernos, nos aburre: la fina línea de la laguna Iberá se perdió de vista entre tanto monte.
Pasa una moto a velocidad babosa, el único vehículo que vemos transitar por este camino, y le preguntamos si hay algún paraje más adelante donde poder armar la carpa. El gesto universal de que nos falta mucho por pedalear nos descoloca.
El huellón se vuelve una palangana de agua barrosa.
Las nubes gris topo se nos vienen encima anunciando tormenta.
Vemos una estancia, me acerco a la tranquera con mi casco rosa de Power Ranger y les hago señas a unos peones que están tomando mate para que por favor nos dejen pasar.
Objetivo “real” del día: 27 km.
Dormimos bajo techo adentro de un cuarto que servía como casa de pájaros (?)
Iberá, 10 de julio. Barro chocolate.
Cuando salimos de la estancia el peón nos dice: “quédense tranquilos que de acá a 10 km el terreno cambia y se vuelve tierra firme”. A los cicloviajeros datos como estos nos arruinan: generan falsas expectativas.
Objetivo “ideal” del día: hacer 60 km hasta puesto La Sirena.
El primer tramo de arena mojada se siente pesado y no hay cambio liviano que nos ayude. Cuando llegamos a los 10 km, ahora es el camino el que se ríe de nosotros: barro por aquí, barro por allá.
Barro como mouse de chocolate.
Pozos de agua depresivos.
Andrés tampoco pedalea: camina vencido con su carro remolque a cuestas.
Yo, tímidamente, me animo a tirar la carnada para ver si pesco un sí.
– “¿Y si nos dejamos de joder con tanta aventura y hacemos dedo?”
Sus ojos cansados me miran y su expresión es una sola: ni bien pase una camioneta le pedimos que nos levante.
…
…
…
Por este camino no pasa nadie.
Pedaleamos unos pocos kilómetros más y tendemos la carpa en el primer recoveco que encontramos adentro de una estancia, pero esta vez, el casco está tan lejos que no alcanzamos a pedir permiso.
Objetivo “real” del día: 39 km.
Iberá, 11 de julio. ¡Sáquennos de acá!
Esto se convirtió en una película de terror de la cual no podemos salir.
Objetivo “ideal” e imposible del día: 64 km hasta una estación de servicio sobre la Ruta Nacional 14.
A nuestra izquierda y durante los próximos 10 eternos kilómetros, hay una cortina de pinos. Conclusión: el camino ya no es camino.
NO HAY CAMINO
porque el sol no pega en la ruta, porque el sol no seca la ruta, porque las huellas se entremezclan, porque las huellas son más chocolatosas que ayer…
Grito a los cuatro vientos: ¡¡QUIERO-VIAJAR-EN-KOMBI!!
– “Reíte porque no te queda otra”
– “No me puedo reír, ya esto no me divierte”
Miro para atrás para ver si la camioneta que ayer le pedí al Universo se digna a pasar, pero las posibilidades son nulas.
Las cubiertas se entierran.
El carrito remolque se ahoga.
Las zapatillas se nos hunden en el barro y pesan (tanto).
Intentamos pedalear y nos caemos.
Los pies aminoran la caída y se aplastan contra los montículos de barro arcilloso.
A lo lejos vemos que queda muy poco para que esto se termine y como si estuviésemos en una olimpiada, apuramos la pedaleada.
Adivina adivinador, ¿qué parte de la bici es ésta?
Terminan los pinos altos y comienza la tierra firme, pero aún no cantamos victoria: quedan 54 km para salir a la Ruta Nacional 14.
Cruzamos un puente y vemos que el río está extremadamente crecido. Frenamos a un costado para limpiar las bicicletas y una camioneta que nunca escuchamos venir aminora la marcha cuando nos ve.
– “¿Qué hacen acá chicos? El río está desbordado y hace unos días arrastró un auto. ¿Quieren que los acerque? Los llevo hasta Santo Tomé”.
Objetivo “real” del día: Santo Tomé, última parada en suelo correntino.
¡Gracias Universo, gracias Corrientes!
Comentarios
« Anterior 1 2
Maggie
Hola!!
Quería comentarles nomás que me encanta leerlos porque puedo conectar muy fácilmente con lo que escriben. Esta nota del paso imposible por el camino embarrado en Corrientes me revivió memorias que me quedaron grabadas en el cuerpo. Yo hice varios viajes en bici, durante los veranos. El más largo (y el primero, y el que más profundo me llegó) duró un mes: largamos de Bella Vista, zona oeste de la prov de Buenos Aires, y llegamos hasta las Cataratas de Iguazú. Mientras escribo esto me emociono de solo recordar los caminos de tierra colorada de Misiones, las eternas planicies de la ruta correntina, la alegría que nos dio la pelopincho de una señora que nos recibió una tarde, después de kilómetros en una ruta arenosa y eterna en Corrientes. Gracias por hacerme revivir todo esto. Les mando un abrazo fuerte a los dos. ¡Que sigan los viajes en bici (y en kayak)!
Romi
Hicieron todo lo que pudieron ¡¡Son pura energía!! no dejen de viajar, y de describir las rutas. En un tiempo no muy lejano haré lo mismo. Mis saludos y que sigan disfrutando de su libertad unidos
La Vida de Viaje
Gracias Romi! 🙂
OSCAR
Hola,cuantos recuerdos de este relato.13 años atrás viaje en bicicleta de BS AS hasta Misiones y recorrí muchos de estos lugares.Que recuerdos reviví.Para salir de Pelegrini yo le escuche el consejo del encargado del camping y busque una camioneta que me sacara del pueblo,no estaba equivocado.Sigo leyendo y recordando.BUEN PEDAL
Daniela
Es Muy copado lo que hacen!!!! Soy Prof. de Ed. Fisica y jugadora de futbol..en este momento no puedo.. pero apenas deje de jugar..sin dudas agarro la bici!!!!! Son geniosss!!!
German
muy lindo relato! ¿puede ser que entrando por Mburucuyá esté mucho mejor el camino? ¿escucharon alguna referencia de eso por la zona?
abrazo y felicitaciones por este blog maravilloso
La Vida de Viaje
Hola Germán! Escuchamos que tiene partes de arena, pero sinceramente no tenemos idea. Conocemos a un viajero amigo que entró por ese lado, te pasamos su Facebook así podés escribirle: https://www.facebook.com/pabloagustin.romiti Muchos abrazos y gracias por los halagos 🙂
sergio rios
Hola lindoooooos, aca estoy poniendome un poco al dia de sus aventuras, ja ja ja vengo un poco atrasado como veran pero divirtiendome con sus locuras. Sigan adelante, siempre con mucha fuerza y buena onda……LOS QUEREMOS MUCHO !!!!!
Sole
Son unas 4×4 humanas…Prueba física y mental, sobre tod, superada !!!!!
COn tus palabras Jime y las fotos de Andrés nos hacen viajar con ustedes… infinitas GRACIAS!!!
Yani Castro
No me canso de decirlo… Ustedes SON GROSOSS!! Abrazos!
Luciana
Jaja es un desastre ese camino mi marido pobre lo hace todos los dias y sufro por el.. un dia fuimos al campo de una amiga a 30km de pellegrini y se largo la lluvia yo de 8,5 meses de embarazo! Casi 9 pense q lo iba a tener ahi tengo videos de ese dia de lo q nos costo salir!! No hay camioneta 4×4 q resista, siempre hay q tener a mano el telefono de un tractorista de un campo cercano jaja (cuando hay senal de telefono ) igual si se animan a volver podemos llevarlos a conocer lugares hermosos! Contactense por mail besos y exitos en sus viajes!!
La Vida de Viaje
jajajajaj nos hiciste reír Luciana! Si volvemos, te escribimos!
Hipster
Cuantan las historías de manera magnifica, parece comos si fuera yo el que pedalea.. ¡Felicidades por el blog y la aventura!
daniel
Increible, horizontes infinitos que te encierran y parece afixiar en barro humedad y agua.!!! Se nota el cansancio a la excelente escritora se le acabaron los poeticos y hermosos relatos. lo que trasmite lo duro del lugar.
chicos impecable entrega como nos tienen acostumbrado.
Dante
Muy buena historia!
Me pasaron cosas muy parecidas en bike. Con todas las zapas con barro no podia ni mover la bici ni mis pies!
Por esteros anduve de Mochilero y a pie… Pare en Campamento de Policia Caminera y resulta que el cana era un flaco que laburo en un restaurant cerca de mi casa, x Devoto. Increible la vida como nos encuentra…
Exitos, que en cada paso ya estan!
Eduardo Aleman
Hola chicos, impresionante la aventura por el Iberá, pero quédense tranquilos, si pedalear en la arena mojada es difícil, no saben lo que es la tierra colorada … , gracias al “Universo” parece que les van a tocar días soleados por Misiones.
No se olviden de avisar cuando pasen por Wanda, podemos hacer algún paseito juntos y conocer algunos lugares al margen de la ruta a Iguazú. Los esperamos !!.