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VAN LIFE SIETE LAGOS

Rutinas en viaje: catarsis para encontrar un equilibrio

Llevo casi 10 años viajando y hay algo que todavía no logro equilibrar: mis rutinas en viaje. Lo que me pasa es que siento una descompensación, es decir, cuando me quedo quieta en un lugar, algo en mí se ordena. Y cuando viajo, mis rutinas son completamente otras y mis tiempos son completamente otros. Y eso es lo que me tiene un poco en alerta porque mi idea es seguir unos cuantos años más (por no decir toda la vida) entre estos polos del sedentarismo y el nomadismo. Así que o le encuentro una vuelta o le encuentro una vuelta.

La realidad es que pretender mantener mis rutinas de cuando estoy quieta a cuando estoy en movimiento me parece un poco utópico. Mis horarios cambian, el escenario cambia: por ejemplo, cuando estoy quieta me suelo levantar a las 8 de la mañana y en general siempre tengo una mesa/escritorio cerca para empezar a trabajar después de desayunar; en movimiento suelo levantarme temprano pero me tomo algunas licencias porque, literalmente, vivo a otro ritmo. Y ni hablar de que depende mucho de si estoy en la van parando en un camping o si estoy en el medio de la montaña con nuestra carpita porque salimos a dar una vuelta en bici por algún lado.

Entonces, frente a este gran cruce de variables, empecé a notar que necesito encontrar una manera de convivir con estas dos vidas. Aún estoy en proceso de ordenarme, pero de a poco voy detectando puntitas para desenredar este nudo que en los últimos meses me molestó un poco más que de costumbre.

¿En dónde siento la incomodidad?

Generalizar y meter todo en una misma bolsa creo que nunca es el camino. Es muy difícil poder generar cambios (grandes o chiquitos) si no vamos a lo concreto. Por eso me propuse salir de la mente para darle voz al cuerpo. Y ahí encontré algunas respuestas.

La mayor disparidad entre mis rutinas la siento en el cuerpo. Porque cuando estoy en movimiento (y sobre todo, claro, cuando viajo en bici) mi cuerpo está activo. Ahora, cuando estoy quieta, suelo tender a ser un poco morsa. O puede ser otra la situación: pasar de una semana a puro movimiento a una semana de solo escritorio y computadora. 

Entonces, primer punto: no puedo vivir de un extremo a otro.

Si vamos por lo obvio, no es para nada sano. Pero si vamos por lo no tan obvio, pasando los 30 el cuerpo empieza a retobarse un poco. Y no puedo esperar que responda como cuando tenía 25 que sin ningún drama pasaba de semanas quieta a semanas de kilómetros y kilómetros arriba de una bicicleta.

Entonces la solución podría ser que, esté donde esté, salga a caminar o a pedalear un poco todos los días. El yoga también es una de mis maneras de bajar a tierra y elongar el cuerpo, y mi estructura me llevó a pensar que solo podía hacer yoga si estaba en una casa, cómoda y con mi mat. En la última escapada que hicimos por Patagonia, a las 4 de la tarde me dejé de joder y puse una lona sobre el suelo de tierra, el aislante encima y le di play a mi clase de yoga grabada en pleno camping en las afueras de San Martín de los Andes. 

La palabra es adaptación. Y no pretender los mejores e ideales escenarios para hacer las cosas.

Lo que también cambió mucho mi cabeza (gracias May Groppo por tu #SundaySunmail) fue pensar no tanto en objetivos sino en intenciones. No tengo el objetivo de hacer 5 km todos los días. Tengo la intención de mantener mi cuerpo activo. Con ese nuevo chipeo, no me frustro si no alcanzo una distancia en particular, un día puedo hacer más o menos y va a estar bien, también me gusta la idea de no atarme a una manera de “hacer ejercicio” porque en función del clima, del lugar donde esté, de cómo me sienta y de lo que tenga ganas de hacer, elijo caminar, andar en bici o hacer yoga. 

I’ve got the power.

en bici en villa la angostura rutina en viaje

¿Cuáles son mis prioridades hoy?

Esto me parece clave. El HOY me parece clave. Porque claramente años atrás el cuerpo no era mi prioridad y hoy sí lo es. 

Hoy una de mis prioridades es mantener el cuerpo activo.

Si voy un poquito más a fondo, la alimentación también lo es. En viaje, en general, me desordeno. Suelo estar más abierta a comer cualquier cosa y después pasa que, o me duele la panza o me siento “culpable” porque no estoy cuidando mi cuerpo. 

Algo que me gusta hacer cuando volvemos a Buenos Aires es comprar bolsones de verduras, frutas y productos agroecológicos (como yerba, mermelada o dulce de leche) en los almacenes de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Como solemos viajar por Argentina, hay lugares donde es fácil conseguir bolsones y productos así, y hay lugares en los que no. 

Pero en lugar de tacharlos por completo si no los consigo, puedo reemplazarlos por compras de verduras y frutas de estación. Si voy a un supermercado o a un almacén, puedo leer las etiquetas para ver qué voy a consumir y decidir si llevo o no un producto en base a eso. Priorizar algunas compras en dietéticas como frutos secos, yuyitos para el té o el mate y productos de higiene natural lo hago hace tiempo, y parece una huevada, pero la verdad me hace bien.

La lógica es la misma que antes: no porque una cosa no se dé exactamente como yo espero o quiero o como estoy acostumbrada cuando estoy quieta, la anulo por completo cuando estoy de viaje. 

Nada se pierde, todo se transforma (me llevó años entender el poder de esta frase).

escribir es una rutina en viaje que hace bien

¿Qué me hace sentir bien Y QUIERO MANTENER EN MIS RUTINAS EN VIAJE?

Esta pregunta podría ser redactada de diferentes maneras: ¿qué cosas me ayudan a estar conectada conmigo? ¿Qué rutinas me gustaría mantener sea donde sea que esté? ¿Qué me centra? Y ahora surgió también: ¿qué quiero que sea parte de mí?

Respuestas que me salen sin pensar demasiado: leer, escribir, contemplar. Nada más, al menos por ahora. Entonces no es que es mucho lo que quiero mantener, al contrario, son solo tres “comodines” que puedo ir mechando cuando quiera y como quiera. 

Soy una persona que cae muy fácil en las estructuras: si me propongo leer entonces tiene que ser 1 hora mínimo de lectura. Si quiero escribir, que sean 3 carillas. Si me propongo contemplar, entonces que sea un rato largo porque sino no vale la pena. 

Lo que me jodió un poco la vida este último tiempo es no ser flexible. Imponerme, y no preguntarme: ¿qué quiero hacer en este momento? Porque no siempre tengo ganas de leer, no siempre tengo ganas de escribir, no siempre tengo ganas de contemplar. No tengo porqué hacer todo en un mismo día. No está bueno “tildar” cosas porque dije que las iba a hacer en algún momento.

Entonces, vuelvo a lo mismo: calidad y no cantidad. Intenciones y no objetivos. 

journaling como rutina en viaje

Tengo la intención de todos los días conectarme un rato conmigo, entonces juego con mis tres comodines (lectura, escritura, contemplación), sin presiones. “¿Qué tengo ganas de hacer en este momento?”. Y ahí saco alguno, el que más me resuene, el que más disfrute. Estando quieta o estando en movimiento. Y lo mejor de todo: así me siento todavía más libre. 

Libre de mis exigencias y de mis imposiciones.

Libre porque priorizo ya no generalidades, sino particularidades bien mías que me representan y que me hace sentir bien, hoy y ahora.

rutinas en viaje vanlife patagonia


Espero que este post catártico que me ayudó a ordenar mis ideas te sirva a vos también 🙂 Contame en los comentarios qué onda vos y tus vidas, cuáles son tus prioridades, qué te hace sentir bien viajando o no viajando. ¡gracias por leerme!

Escritora y nómada digital. Viajo desde el 2013 y comparto en este refugio digital mi estilo de vida. Me apasiona la escritura y sobre todo inspirar y animar a través de la palabra. También escribo en luzyhumo.com y mi primer hijo de papel se llama Letras Luz. Dicto talleres de escritura y de viajes, no puedo vivir sin mis libros y cuadernos, y soy fan de la autoexploración.

Comentarios

  • Macarena Gerez
    15 febrero, 2022

    Hola Jime! Gracias por compartir.
    Es muy necesario pensarnos en esas dos vicisitudes de la vida, a veces es tan difícil la adaptación y desadaptación que se intenta por sobre el sistema. Es una lucha constante.
    Tus tips me van a ayudar a poder priorizar y centrarme, para no desesperar. Me dio paz leerte y ver tus fotos.
    Saludos desde la provincia de Santiago del Estero

    responder

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