Anotaciones de un viaje por Córdoba (2)
13.
Tac. Tac. Tac. Tac. Tactactactactac. Lo único que escuchamos es el latir de nuestros corazones agitados. Las manos húmedas resbalan en el manubrio y los suspiros de esfuerzo nadan en el viento.
La ruta asfaltada que con el calor se convierte en oro negro y nuestras piernas que avanzan hacia los dos mil metros de altura haciendo círculos.
¿Curvas? Son tantas que no alcanzamos a contarlas. Las sierras cordobesas se elevan a nuestras espaldas, se prolongan por nuestros brazos y costillas. En todo lo que vemos hay verde: en los árboles altos, en el pasto de la banquina, en las plantas bajas y hasta en las montañas.
Necesidad de sombra y agua, pero el agua está caliente como el sol.
Las pantorrillas no tienen descanso: se tensan, se abruman, se cansan como los pies sobre los pedales.
Hoy nuestro cuerpo es el motor y el universo nuestro mundo.
14.
La hora dorada. La hora mágica donde el color es monocromo. Llegamos al camino que lleva a Copina donde coincidimos con más de 20 motoqueros que están haciendo una vuelta simbólica para recordar a un amigo que falleció en esa misma ruta hace 20 días.
También coincidimos con Marcela y Juan Carlos que recuerdan a su hijo fallecido en un accidente de tránsito. Nos regalan una remera de la fundación Estrellas Amarillas y una foto de su hijo para que nos proteja.
Un amigo y el dolor de un recuerdo.
Un hijo como luz y guía.
La vida y la muerte. El instante efímero. La delgada línea blanca de este ahora. Los hoy sí pero quizás los no de mañana. La lotería, los números invisibles que se reparten al azar cuando nacemos.
Vemos la foto del niño e intento soltar lo heredado: la necesidad de querer controlarlo todo, la proyección de un futuro que no sabemos si vamos a vivir, los condicionamientos y miedos que brotan del suelo.
Tenemos tanto para soltar y es tan poco el tiempo.
15.
Las vueltas nos marean. Frenamos a los 1.100 metros de altura en una tranquera vieja pero con candado nuevo. El atardecer es lento y el frío nos da una palmada en el hombro.
El té de limón, el pan con dulce de leche, el abrigo de una bufanda, la carpa hogar. La cena: fideos con aceite. La luz artificial de Córdoba Capital y Villa Carlos Paz. La luz natural de la luna de acá.
Son las 8 de la mañana y el calor quema: en la carpa no se puede respirar. Abrimos el ábside y el viento mece el pasto de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, sin parar.
Las nubes esponjosas y una súplica: multiplíquense hasta cubrir todo el ancho del cielo sin dejarle lugar al sol.
16.
Hoy sí que la ruta será áspera. Pasaremos de suelo a cielo en solo 800 metros.
Después de algunos rulos el camino se bifurca y tenemos que decidir: o continuamos 34 km por el camino “fácil” de asfalto o pedaleamos 18 km por un sendero-huella que no sabemos cuánto tiempo (y esfuerzo) nos llevará.
Nos cuesta creerle al GPS: el perfil de desnivel indica que el camino de arena tiene menos pendiente que el de asfalto. Preferimos guiarnos por nuestra intuición y experiencia: las rutas más vírgenes siempre suelen ser las más espectaculares.
17.
Bajamos la velocidad y los cambios. Relación plato-piñón: 1-2. Andamos por el camino de los puentes colgantes y tenemos que cruzar ese cerro de enfrente para llegar a Mina Clavero que está justo del otro lado.
Los cerros invaden el vacío. Las cubiertas resbalan por la arenilla y las piedras diminutas interrumpen los senderos de las hormigas (vamos tan lento que las alcanzamos a oír).
Sí: los caminos naturales, los menos intervenidos por el hombre, son los más dulces de todos.
18.
Por qué nos habremos metido en este camino de mierda. Porque sí, el camino es eso: una mierda. La ruta se convirtió en una no-ruta con canaletas cubiertas de piedras del tamaño de bolas de bowling. Una al lado de la otra y encimadas para complicarnos aún más las cosas.
También la arena y el frío de altura y las nubes gris perla que pregonan una tormenta de la cual no vamos a poder escapar.
Ya ni siquiera pedaleamos: empujamos, arrastramos, avanzamos por inercia buscando un lugar donde armar campamento.
Lo encontramos.
Ahí, al costado de este camino de mierda, sobre un no-piso de barro.
Una vez dentro de las cuatro paredes de tela naranja, me escucho decir: “al fin en casa”.
19.
Las nubes de hoy no son como las de ayer: ahora son gris plomo. La llovizna golpea el techo de la carpa desde la madrugada y el aire se siente helado.
Las pisadas hundidas en el barro. Las alforjas empapadas. Los dedos que duelen al tocar las varillas congeladas. Los músculos que pesan.
Desarmamos todo y nos vamos: hay que bajar de la nube para que se nos despegue de la cabeza de una vez.
20.
Los kilómetros que siguen son llanos. Pedaleamos rápido hacia el asfalto de la Ruta 14 sin demasiado esfuerzo más que el de la vista (no vemos nada y no es metafórico: es real).
10 kilómetros y una decisión: si seguimos por la Ruta 14 (con sus curvas y autos y su no-banquina) o si avanzamos por el camino del Cura Brochero que se abre a la derecha (con su tierra y su no-tráfico).
La intuición, otra vez, nos dice que la segunda opción es la mejor.
A los pocos metros coincidimos que no se equivocó.
21.
Rocas enormes que penden de un hilo.
La nube se desintegra, se rompe en pedacitos. Alcanzamos a ver la provincia de San Luis, la próxima parada de este cicloitinerario.
La vista es tan panorámica y el macizo de Champaquí tan alto y ancho que queremos frenar una y otra vez para observarlo mil veces y más.
22.
Entre las rocas, piletones de agua.
Entre las curvas, caballos blancos y negros.
Entre todo eso, una espiral de silencio.
Y después de tanto esfuerzo todo esto fue nuestro almuerzo 🙂
No frenamos en Cura Brochero ni en Mina Clavero. Los tres días de descanso son en Villa de las Rosas, en una casita hecha con listones de madera llamada “La Carmela” que no tiene luz ni agua ni heladera ni cocina.
Sí alma: fogón de piedras, sillas y mesas recicladas, detalles en barro. Es una construcción autosustentable creada con los residuos que tiramos: las botellas de vino que alguna vez se tomaron, las sillas que alguna vez se dejaron en la calle, las mamparas de vidrio que alguna vez se dejaron de usar, el cartón corrugado como blackout, las cortinas de colores que alguna vez alguien dijo que eran viejas, el tablón de la mesada del jardín que alguna vez fue basura.
Volver a lo simple. El consumo coarta lo mejor que tenemos: la creatividad. Ese condimento que permite levantar una casa partiendo de la nada en el medio del monte.
23.
Siguen las curvas.
Sigue la aventura sobre ruedas.
Sigue la vuelta a la Argentina.
Córdoba fuiste anotaciones, fuiste varios viajes dentro de un viaje, fuiste enigma, fuiste palabras, montaña y viento. Fuiste frío. Fuiste calor. Fuiste extremos.
Llegamos desnudos. Nos vamos vestidos de vos.
Cristian
Vaya que es interesante lo que comparten ustedes. Somo colegas de ruedas, hago cicloturismo y me recorri toda la patagonia. Ahora me espera el norte argentino y espero hacerlo en este verano. Quiero llegar a San Marcos Sierra. Entre a su pagina para informarme acerca de temperaturas en ruta y demas menesteres relacionados a andar en bici por esas latitudes en verano. Y me llevo variada informacion. Muchas gracias
DIEGO
Los felicito chicos! Buscando vídeos de mi provincia(CÓRDOBA) los encontré a uds. Me parece feroz que hagan lo que hacen!!!! ADELANTE!
ABRAZONONON
Daniel
Gente… impresionante el calor del relato, cada palabra, cada imagen describe y me hace recordar viajes realizados, también en bicicleta, siendo Cordoba la provincia que mas he recorrido. Al ver tus fotos vienen a mi recuerdos da haber pasado por esas rutas y haber gozado del sufrimiento de las sierras. Les mando un abrazo.
Angeles
Me encanta, pero es una pena no poder Ampliar y compartir las fotos. Saludos
La Vida de Viaje
Hola Ángeles! Además de este relato, escribimos una guía para viajar por Córdoba en bici. Te la compartimos: https://lavidadeviaje.com/cordoba-en-bicicleta/ Un beso!
Pingback: Guía para viajar por Córdoba en bicicleta | La Vida de Viaje
cappadocia tours
muy buen articulo que me gustaria viajar a cordoba .
Ruben
Jimena:
Que
bien
escribis !!!!!!!
La Vida de Viaje
Muchísimas gracias Rubén! 🙂
edgardo weimer
espectacular jime y andres hermoso relato esta semana me pongo en campaña para conseguir el libro abrazo
La Vida de Viaje
Hola Edgardo! El libro “Letras Luz” decís? O cuál? Avisanos!
Hugol Gasparini
Hola Chicos como les fué al final fueron a la sierras de las quijadas y la pampa? o están en eso manden fotos Hugo de Pergamino nos encontramos en la plaza de merlo SL. les fué útil lo de los mosquitos?
Un abrazo
La Vida de Viaje
Hola Hugo! Al final el viaje lo frenamos en Merlo (lo contamos en esta crónica: https://lavidadeviaje.com/cronica-de-una-caida-o-descubrir-que-merlo-tiene-algo/. Lo que nos diste para los mosquitos fue ge-nial! No dejamos de usarlo jajaja abrazos!
roberto ezcurra
Hola Jime y Andrés: Hermoso relato y travesía, costó el tramo pero valió la pena. Jime, ¿que te pareció el libro Juan Salvador Gaviota?
Les mando un gran abrazo.
Cordialmente: Roberto.
La Vida de Viaje
Hola Roberto! Aún no lo leí, lo tengo pendiente. Ni bien lo lea te cuento!
Maria Selva Alvarez
Hola chicos maravillosos de la vida, del amor ,del arte y del camino. son una piedra muy preciada del río, de la quebrada, del llano, del cielo… tan brillante que nunca les va pasar nada malo, solo fue y será un chichon para el recuerdo de sus pasos por San Luis.
Les deseo mucha suerte y buena recuperación.
Los felicito por tan hermoso recorrido y las fuerzas mas las ganas que le ponen.
Besitoooooooooos…!
María Selva Y Baltazar.
San Javier (Boulevar, costa) . Santa Fe.
La Vida de Viaje
Aii, gracias Selva! Preciosas tus palabras. Nos llenan de energía 🙂
Sonia Bonino
¡ Hola chicos !, Es muy lindo viajar con Uds. , son maravillosos los relatos transmiten mucha emoción y parece estar en ese momento y lugar. Por lo que interpreto el camino de los puentes es bastante complicado hace un tiempo que lo quiero hacer. Les mando un abraso grande y mi admiración y cariño .
La Vida de Viaje
Hola Sonia! Muchas gracias!
Sí, es complejo. Pero lo que tuvo de duro lo tuvo de lindo. Vale la pena.
Abrazos!
Pablo
¡Que lindo viajar con ustedes!
La Vida de Viaje
Gracias por viajar con nosotros!
Julia
Hola chicos,
córdoba es hermosa!Es muy complicado el camino de los puentes colgantes?hay algún pueblito como para abastecerse en el medio? en cuántos días lo hicieron?
Tengo planeado hacer el camino de las altas cumbres, por eso les pido los datos..
Gracias!
La Vida de Viaje
Hola Julia! Querés hacerlo en bici?
Sí, es complejo. Los primeros kilómetros son tranquilos pero después se pone bastante duro porque el camino tiene muchas piedras, hay surcos en la tierra y se sube todo el tiempo. No hay nada en el medio, así que sí o sí debés llevar agua y comida con vos. Lo hicimos en dos días.
Cualquier otra duda, escribinos!
Hugo
Hola chicos !!que aventura la experiencia Cordoba que caminos pero que paisajes hermosos para recordar.
Yo los vi despues de eso por lo que cuentan estubimos en merlo.
Abrazo Hugo
La Vida de Viaje
Hola Hugo! Sí, nos vimos allá 🙂 Nos acordamos de vos! Muchos besos!
Enrique Fulcini
Chicos, que buena la etapa Córdoba, un recompensado esfuerzo. Recuerdo haber hecho la ruta (inexistente, solo sendero) entre Embalse del Rio III, La Cruz, Merlo en tres fascinantes días. Eramos tan joooooóvenes. Un abrazo y sigan deleitándanos con sus aventuras.
La Vida de Viaje
Siempre el esfuerzo se ve muy recompensado cuando se trata de la naturaleza. Jóvenes? Es solo una cuestión de actitud! jaja Un fuerte abrazo Enrique!