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Un antes y un después: cuando un viaje te da vuelta la cabeza

Este post lo escribí en el 2013, tiempo después de volver de mi primer viaje como mochilera. Las fotos no son las mejores y las editaba con muy poco criterio (?) pero así como están, me siguen teletransportando.


Hay viajes que son bisagra. Uno tiene tiempo para reflexionar, ve otras realidades, conoce personas… y cambia. A mi me pasó esto después de un viaje al Norte Argentino: hay un antes y un después (o mejor dicho una Jimena antes y una Jimena después).

¿Te puede marcar tanto un viaje? Sí (hablo de mi experiencia y de otras tantas que conozco… como la de mi novio, por ejemplo).

En enero nos fuimos 15 días a Salta y a Jujuy con una de mis amigas (Carlita, para los amigos). Empezamos por Salta Capital, seguimos por Cafayate, después Cachi y subimos para Tilcara donde hicimos base y de ahí nos movimos para Purmamarca, Salinas Grandes, Humahuaca, Iruya, La Quiaca y llegamos hasta Villazón en Bolivia.

Algunos dirán o pensarán que lo mío no fue un viaje porque duró solamente 15 días y entonces debería darle el título de “vacaciones”, pero en mi opinión, no depende de los días-calendario sino de la experiencia vivida y para mí este fue un viaje con todas las letras (y creo que adentro mío sabía que algo me iba a pasar porque nunca pude llamarlo “vacaciones”).

El bichito de visitar el Norte me picó cuando Carlita volvió de su viaje a la Patagonia argentina en enero de 2011. Me acuerdo que estábamos sentadas con todas mis amigas en el patio de mi casa y ella nos contaba de su viaje y nos decía frases como: allá se vive de otra manera, largaría todo y me iría a trabajar a un hostel, tengo la cabeza dada vuelta, en Buenos Aires no se vive bien, entre otras frases (acompañadas de gestos y caras) que me quedaron dando vueltas en la cabeza durante muchísimo tiempo.

¿Tanto la puede cambiar un viaje de tres semanas?, me preguntaba. Esa noche acordamos que nos íbamos a ir juntas al Norte de nuestra querida Argentina en enero del próximo año.

El viernes 13 de enero del 2012 partimos para Salta Capital. Iba a ser mi primera experiencia de viaje con mochila, mi primera experiencia de viaje en hostels (debo confesar que antes la comodidad de los hoteles me encantaba pero hoy dame un hostel con habitación compartida y soy la persona más feliz del mundo) y mi primer viaje largo dentro de mi país. 

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Saliendo de la selva 

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Con mis hermosas calcitas que me acompañaron todo el viaje

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Escalando rocas en la Garganta del Diablo

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Escalando rocas pero para la foto (el backstage)

No sé si es porque soy Argentina pero nuestro país es mágico. Tiene ese “no se qué” que te cautiva, te deja con la boca abierta, te inspira y motiva a seguir conociéndolo e ir tildando provincias en el mapa (y literalmente volví del viaje con esa idea: no quería salir a recorrer ningún otro país antes de tener recorrido el mío de punta a punta). 

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Terminando nuestro paseo por las Siete Cascadas

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Tilcara y El Pucará de fondo

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Ruta sinuosa

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Camino a las Salinas Grandes

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Salinas jujeñas

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Mágica Iruya

Lo que más me llamó la atención fue la gente: no sólo los lugareños que uno va conociendo sino también los viajeros que vienen subiendo o bajando y que se cruzan en el camino.

En viaje todos somos más tolerantes, aceptamos y nos gustan las diferencias, bajamos las autodefensas y nos abrimos a lo no conocido más fácilmente. Se activa de inmediato lo que yo llamo el “chip viajero”: nos subimos al avión/tren/bici/kombi y el chip automáticamente se enciende y nos lanzamos a la aventura como venga. En viaje nuestros prejuicios y preconceptos se toman un recreo. 

En Cachi por ejemplo, nos bajamos del micro después de unas cuantas horas de viaje y terminamos parando en una casa de familia por cuatro días con una pareja, una familia viajera (padre, madre y su hijo de cuatro años súper canchero), un chico que venía viajando solo y dos amigas. En una hora parecía que todos nos conocíamos desde hacía mucho tiempo. Y así fuimos entablando una conexión especial viajera con otros tantos viajeros que hicieron de esos 15 días un viaje especial.

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El team recorriendo Cachi

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Felices y a punto de conocer el cerro de los Siete Colores

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Rock en las Salinas (no me digan que no está para la tapa de un disco)

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A puro mate y sin apuro

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¡Llegamos!

De los lugares que visité me enamoré de Cafayate, Cachi y Tilcara. De Cafayate me gustaron sus casitas, sus calles y su silencio (¡vivan las calles sin colectivos!). De Cachi me acuerdo de sus hermosas calles de tierra, de sus plazas, sus tamales, su “mística”, sus farolitos y de la imponente Cuesta del Obispo (ahí descubrí la magia de la ruta y cómo un buen playlist puede ser tu mejor compañía). De Tilcara me encantaron sus paisajes, su gente y todo lo que vivimos con cuatro amigos que conocimos al principio del viaje y que nos reencontramos en la etapa final (casualidades las llaman).

Toda la gente que conocí (con mundos parecidos y distintos al mío), las experiencias que vivimos, el estar en un mismo país, ver qué tan diferente se vive y los hermosos lugares que visitamos fueron un gran cóctel donde surgieron mis más profundas dudas existenciales:

  • ¿Quiero vivir toda mi vida en una ciudad como Buenos Aires?
  • ¿Quiero que mi vida pase frente a una computadora durante 8 horas seguidas (o más) adentro de un edificio los 5 días de la semana?
  • ¿Me siento completa con lo que hago?
  • ¿Qué quiero? ¿Quién soy? (bueno, sí… demasiado profundo)

Y también surgieron algunas afirmaciones:

  • La vida pasa por otro lado.
  • En Buenos Aires se vive adentro de una burbuja.
  • Este sistema es una mierda.
  • Quiero hacer algo que me llene.
  • Qué lindo que es viajar.

Como verán, este viaje me dio vuelta la cabeza y cuando pisé Buenos Aires logré entender realmente qué le había pasado a mi amiga Carlita cuando volvió del Sur.

En el próximo post haré otra catarsis confesionaria de qué me pasó cuando llegué a mi ciudad, qué ocurrió cuando pisé mi trabajo y qué pienso hacer con toda esta gran movilización que sentí y viví en tan sólo 15 días en el Norte argentino.

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Escritora y nómada digital. Viajo desde el 2013 y comparto en este refugio digital mi estilo de vida. Me apasiona la escritura y sobre todo inspirar y animar a través de la palabra. También escribo en luzyhumo.com y mi primer hijo de papel se llama Letras Luz. Dicto talleres de escritura y de viajes, no puedo vivir sin mis libros y cuadernos, y soy fan de la autoexploración.

Comentarios

  • Ximena
    6 enero, 2019

    Qué lindo post! Yo quiero hacer un viaje pero sola. Creo que sería uno de los mayores placeres de mi vida. Gracias por brindar inspiración!

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  • Ro
    23 octubre, 2017

    hola jime me encanto lo que escribiste ! a que edad comenzaste a recorrer la Argentina
    ?

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  • Mariano
    7 junio, 2016

    Hola Jime, me paso lo mismo. Mi situación es que durante el año laburo, y el verano lo recorro como mochila. Vos estás todo el año viajando? Y la pregunta típica, como conseguís dinero? buenas vibras

    responder
  • Monica Remeseiro
    4 agosto, 2014

    Jime!!!!! leo lo que escribis y me parece estar hablando yo!!!! Es genial que siendo tan jovencita pienses asi,tengas tan claro lo que queres para tu vida y lo puedas llevar a cabo, te felicito por hacer lo que muchos no se animan, por ser dueña de tus elecciones y decisiones!!!!!(te cuento que me pasó lo mismo cuando fui al norte,hubo un antes y un después),y no sé si habrán ido a Catamarca ,pero si no fueron no pueden dejar de ir, es alucinante!!!! recorrer el camino al Peñón es una experiencia religiosa!!!! te mando un besoooo!!!!!!!

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  • Daniela
    3 agosto, 2014

    Me sentí tan identificada con tu relato , la verdad es que viajar te abre la mente y te hace ver que es lo que realmente quieres de la vida . Muchos cariños de otra viajera Chilena 🙂

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  • 3 agosto, 2014

    No te das una idea cómo me inspira este post!! En enero del año que viene estoy partiendo para La Rioja con tres amigos, también será mi primer viaje con mochila y en hostels, y la idea es “subir” hacia Tucumán y hasta donde lo permitan el tiempo y el presupuesto.
    Estoy convencido de que será un viaje y no vacaciones, lo mismo que decís vos.
    Me encanta tu blog y me encantó este post en particular!
    SALUDOS! 😀

    responder
  • cynthia
    1 mayo, 2014

    Jime, me senti identificada con tu relato… volvi de un viaje y se activo mi chip viajero, quiero ir por mas!!
    Te felicito por animarte a dejar la ciudad por maravillosos lugares.
    Gracias por compartir tremenda experiencia y contagiar esas vivencias.
    Buen viaje….

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  • carla
    24 abril, 2014

    No se como llegue a tu blog, pero me encanto leer tu relato, me siento muy identificada con vos, todavía no pude largar nada, pero las preguntas que te hiciste en un momento son las que me hago ahora, en este momento, en este instante, y todas las noches. Te felicito.

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  • gisela favaro
    9 abril, 2014

    Jime! hermoso post! me emocioné e identifiqué un montón y ya lo compartí con mis amigos viajeros 😀 La verdad que lo q hacen chicos es bello y super inspirador! Vamos por más! más viajes y más sueños!! Un abrazo enorme!

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  • Graciela LASSALLE
    4 abril, 2014

    En viaje todos somos más tolerantes, aceptamos y nos gustan las diferencias, bajamos las autodefensas y nos abrimos a lo no conocido más fácilmente. Se activa de inmediato lo que yo llamo el “chip viajero”: nos subimos al avión/tren/bici/kombi y el chip automáticamente se enciende y nos lanzamos a la aventura como venga. En viaje nuestros prejuicios y preconceptos se toman un recreo. ES MARAVILLOSO LO QUE ESCRIBES JIME. GRACIAS POR COMPARTIR TUS EXPERIENCIAS.

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  • yanet
    3 abril, 2014

    oww me encanto lo que escribiste , la verdad es muy bueno .. me re cautivaste me llevaste a cada lugar cn vos .. una muí buena reflexión … Me encantaría empesar a ser viajante i solo tengo 17 años , creo que el lugar en el que estoy no es el mio .. y creo que si seguís con esto de seguir viajando hasta encontrar tu lugar lo vas a conseguir .. por los lugares que te gustaron creo La rioja i sus departamentos te gustarían mucho , por las descripciones que diste de los lugares en los que tuviste un abrazo ..! :’)

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  • Greta
    2 abril, 2014

    Que lindo relato ,a medida que lo leia se me venian mil recuerdos y momentos vividos tal como los contas vos.Es tan lindo viaja y QUE LINDA ES LA ARGENTINA!!! Saludos y que tengas muchas mas historias que contar !

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  • Carolina
    1 abril, 2014

    Jime, tu post me hizo pensar en mis viajes, y como vos decís el norte tiene ese toque mágico, cada vez que voy, cuando llega el último día, estoy pensando en cuando podré volver.
    En mi segundo viaje fui una semana, y como vos decís no tiene que ver con el tiempo, las vivencias en salta, jujuy y tucumán (que es donde fui) son otras y la mente se da vuelta, parece me voy meses, es tann increíble.
    Qué lo pienso y más deseo estar nuevamente ahi!! Beso y que sigan rutas por delante!!!

    responder
  • Anonymous
    24 noviembre, 2012

    “Este sistema es una mierda”…. jajaja! Me hiciste reir!
    La verdad es que comparto todas las afirmaciones, una más que otra, pero en general sí.

    Será que todos tenemos un punto en común en donde nos damos cuenta de estas cosas, en donde se nos planta el bichito de la duda…?
    O solo algunos tenemos el placer de dubitar estos temas (tan escenciales para mi)?

    Mmm, sí, la primera… Creo q todos en algun momento de la vida nos replanteamos esta situación. Algunos lo omiten, dan vuelta la página y no se interesan en nada que los despiste del camino, q los distraiga del común vivir.

    Otros comenzamos a viajar…

    (Maiu)

    responder
  • 26 julio, 2012

    ja, totalmente de acuerdo! Especialmente con las afirmaciones.

    Aunque, eso sí, hay burbujas (como la de Buenos Aires)… y burbujas mágicas….. <3 jajajaja

    Nos vamos todos a la reserva en agosto no? Qué ganas!

    responder
  • 22 julio, 2012

    que linda sos! siempre voy a estar cuando quieras volver a viajar estilo valija con rueditas 🙂 je

    responder
  • 22 julio, 2012

    Que fotos!!!!!!!!!!!! Hermoso post.
    Arriba con esos sueños Jime.
    Abrazo
    Naty

    responder

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